viernes, 13 de enero de 2012

Ladrones de guante blanco

Siguiendo la crónica social, política y económica observo gran variedad de temas que están despertando en mí nuevas preocupaciones. Otros muchos, a la par de preocupación, me provocan frustración y rabia, la cual voy a intentar canalizar a través de este blog (por el bien de mis compañeros de casa y aventura).

Para empezar he elegido un tema que, siendo de gran importancia en mi humilde opinión, parece no levantar las mismas inquietudes en la sociedad. Me refiero al incontenible e insostenible poder del que llevan demasiado tiempo haciendo gala los mal llamados “mercados”. No sabemos muy bien quiénes son, dónde están, desde cuándo tienen ese poder,... Nadie parece capaz de controlarlos, pero rigen sin ningún pudor mi destino y el de todos vosotros. Y lo seguirán haciendo por mucho tiempo, mientras nadie tenga las agallas y la honradez necesarias para pararles los pies.

Para simplificar el asunto y no aburriros demasiado os propongo un pequeño juego:

Imaginad que nosotros somos parte de esos “mercados”. Pero no somos una parte cualquiera, tenemos gran importancia. Disponemos de muchísimo dinero, y queremos ganar muchísimo más. Somos uno de esos hudge funds (me parece más justo llamarlos fondos de alto riesgo) o bancos de inversión que hace unos años nos cargamos de un plumazo el sistema financiero de muchos países.

Lo hicimos concediendo créditos por doquier, sin preocuparnos lo más mínimo por la solvencia del prestatario, ganando mucho dinero con los intereses; después jugamos con esos créditos hipotecarios, intercambiándolos a nuestro placer, y seguimos ganando dinero; más tarde, viendo que todo esto se nos caía encima, apostamos contra nuestro propias compañías (si, esto se puede hacer), y nos seguimos forrando. Arruinamos la vida de un montón de personas que quedaron sin casa, sin ahorros y con una deuda imposible de pagar. Pusimos en riesgo (el cual está aún está muy presente) el futuro de varios países, pero a pesar de esto no hemos sufrido ninguna consecuencia. Al contrario, nos seguimos beneficiando.

¿Cómo lo hacemos? Muy sencillo. Esos mismos países que pusimos en apuros, necesitaban y necesitan mucho dinero para poder superar esos apuros. Nosotros teníamos mucho dinero y decidimos aprovechar esta nueva oportunidad. Pero antes de nada tuvimos que encargarnos de que nadie quisiera prestarle dinero a esos países, así nos deberían pagar muchos más intereses por el nuestro.

¿Y cómo hacer que ningún pequeño inversor le prestara dinero a estos países? Pues también fue fácil. Les hicimos ver que esos países estaban al borde de la ruina, que sus sueldos peligraban, que era casi imposible salir de ésta. Y para ello nada más fácil que utilizar los medios de comunicación que desde hace mucho controlan grandes corporaciones, esas mismas que dependen de nuestro dinero para seguir adelante. La maquinaria se puso en funcionamiento y en poco tiempo toda la sociedad estaba convencida que el mundo se acababa (incluso antes de lo que predijeron los mayas).

Pero aún quedaban cabos por atar. Podía surgir algún político que no estuviera todavía bajo nuestro control, con la honradez y valentía suficiente para ponernos en nuestro lugar. Pero tampoco fue muy complicado arreglar este pequeño detalle.
Teníamos bastante experiencia a la hora de colocar personas de nuestro interés en las instituciones. De hecho, anteriormente habíamos conseguido que Henri Poulson, el que fuera presidente de una de nuestras organizaciones, Goldam Sachs, ocupara el cargo de Secretario del Tesoro de Estados Unidos con G.W. Bush; también teníamos experiencia en la presidencia de Italia, cargo que ocupó durante un tiempo Romani Prodi, el cuál también formó parte de nuestros grupos.

Por tanto, nos pusimos manos a la obra y conseguimos colocar a Mario Draghi como nuevo presidente del Banco Central Europeo. Fue una gran alegría, pues este señor fue vicepresidente operativo (es decir, que tomaba decisiones) de Goldman Sachs, precisamente durante la época en la que esta consultora-banco de inversión asesoró a Grecia para que falsificara sus cuentas públicas con el fin de engañar a la UE. También colocamos a nuestro antiguo colaborador, Mario Monti, como presidente de Italia. No hizo falta ni hacer elecciones, pues nos habíamos encargado de poner al país transalpino al borde del rescate, por lo que sus ciudadanos aceptaron sin rechistar.

En Grecia tuvimos más dificultades, a pesar de que teníamos al país sumido en la desesperación. Su presidente decidió poner resistencia, y consultar al pueblo en un referéndum que planteaba aceptar o no las medidas que queríamos imponerle. No tuvimos más remedio que ejercer nuestra presión para hacer dimitir al señor Papandreu y colocar en la presidencia (tampoco hicieron falta elecciones) a Papademos, que colaboró con nosotros en el maquillaje de las cuentas griegas.

En Alemania y Francia no tuvimos ningún problema, puesto que nos unen grandes lazos de amistad con sus presidentes. Y en otros lugares fueron los electores los encargados de hacernos el trabajo sucio. Gracias a ellos, al frente del Ministerio de Economía español está el antiguo presidente de Lehman Brothers en España y Portugal.

Una vez que hemos resuelto todos estos pequeños detalles, sólo nos queda sentarnos y contemplar como el mundo se pone a nuestros pies, haciéndonos inmensamente ricos . Pero hay algo que no podemos controlar: los ciudadanos. Ellos no nos deben nada, no tienen porque temernos, y puede llegar el momento en que se cansen de todo esto, salgan a las calles y no paren hasta que recuperen el control de su vidas. Ya lo han hecho en algunos lugares. Tanto es así que en Islandia, algún sinvergüenza como nosotros está encerrado en la cárcel. Pero el ejemplo no ha cundido. Tenemos la inmensa fortuna de vivir estos tiempos en que la sociedad está dormida. Y para cuando despierte, si es que pasa alguna vez, ya habrá muy poco que hacer.

@Elfara_chico

1 comentario:

  1. cuidadín que estáis muy cerca de la City londinense......Comparto el artículo en mi facebook....Muy bien explicado.....muy bien aclarado

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